Entrada destacada

LES REGALO ALGO PRECIOSO, PARA SERENAR EL ALMA...

MEDITACIÓN DEL CARIÑO: Busca un espacio donde puedas sentirte cómodo y tranquilo y que nadie se interponga en ese espacio. Eli...

sábado, 2 de marzo de 2013

Los besos no se piden..


¡NACEN SOLOS!




¡Si tan sólo una sonrisa pudiera...




Vuelvo de trajinar la mañana.
Feliz, tranquila, misión cumplida.
Pero digo...
¡con esa cara de Napoleón
en plena batalla, ceño fruncido,
ojos cerraditos, labio inferior que se traga el superior,
¿de bronca será?
¿cree que puedes seducir a alguien?
ni los perros se acercan.
¡Hay tanta gente que ni contesta el saludo!
porque uno dice buen día cuando llueve.
Es que
¡ hasta cuando llueve " una desea
que sea UN BUEN DÍA!
¡Vamos, sonríe!
NUNCA, NUNCA,NUNCA
TE DES POR VENCIDO,
que viejo es el viento y sin embargo aún silba.
¡Hoy estás!... ¿mañana quién sabe?...sé feliz. 



ABUELO ANTONIO
Su ternura se identificó con la música, cual si fueran gemelas, ninguna podía  separarse de la otra.
Cuando su bastón de noble madera  con nudos, dejó de marcarnos a todos sus nietos, el compás de las tarantelas o de la música de Beethoven, de Mozart…fuimos huérfanos de su esencia, se desestabilizó la armonía de la danza.
Aún después de sesenta años el dulce licor de su espíritu, sigue endulzándonos el alma, como campanillas felices que llaman al baile, a trascender en el movimiento peregrino y alegre. En su homenaje.
Las paredes de su casa murmuran que el olvido de las cosas del alma no existe, que esa es idea de tontos;  todo marca. Resiste en el recuerdo de su señorío, donde nació y se hizo árbol fecundo, con tantas ramas como nietos fuimos.
Cabalga mi memoria recordando horas de despedida, de desarraigo…duelen, astillas  ínfimas, molestas, impiden el descanso.
Cuando la tarde dilata los higos a punto de estallar, siento en mi piel “la aspereza” de la higuera al treparla para robar sus frutos tibios, jugosos, blanditos. Fui compulsiva con ellos. Los quería todos para mí.
Si paso por la vereda de la casa, la mente trae de puntillas el aroma de las tostadas de tía Elvira, con la mermelada de ciruelas, manteca y un tazón de café con leche espumoso.
O el sabor de un bife con ajitos rebanados, ensalada de tomates peritas cortados al medio, con finas rodajas de cebolla que daban el toque justo del deleite.
Las reuniones de la familia( éramos muchos) con el mate dialogador que pasaba de  mano en mano, buñuelos con manzana, membrillo o anís, pancitos saborizados, antes, todo se hacía en casa, mmm! …Son sellos indelebles . Quien lo  vivió, sabe que no era lo mismo  comprarlos  que ver cómo los hacían, porque es como el asado…uno va degustando desde el aroma de la leña al quemarse, hasta la carne tierna y crocantita a la vez, cuando llega al plato.
 Con los dulces,  panes, facturas, pasa lo mismo: uno va saboreando los aromas, como dice Mercedes Sosa: “… conocer las mañas y las mañanas, el sabor de masas y de manzanas…”
Mi ser se inclina agradecido ante tantas ternezas, como se decía antes.
Lo noble se talla y no muere, queda como estatura familiar, adornando los corazones en la hoguera lenta de un instante; nos tilda, ahí quedamos, tiesos ante otros, pero la mente cabalga, lleva y trae artilugios radiantes. Afecto atesorado. Impagable.
Cuando el sol desovilla  el día, en la línea dorada del firmamento, le quito el silencio al papel níveo y me digo en el asombro de tantos recuerdos, bordando tus iniciales mientras no falla la lágrima que la brisa orea y el sol barniza… brillando…