Puedo admirar la belleza, amar la música,
gozar de un relato,
si es rico el potencial que llevo dentro.
Por momentos nos atrapa el deseo de CRECER
y crecemos imperfectos cuando desearíamos
rozar lo profundo, lo perfecto.
Pienso que el vivir es como el mar.
Poco a poco, solucionamos lo superficial.
Vamos desechando hacia las orillas,
lo amorfo, las medusas lánguidas de nuestro ser.
Y las dejamos ir, flotar en la superficie
para que una brisa se haga cargo de ellas.
Aunque sabemos que la superficie y lo profundo
ES TODO MAR. Como el ser humano.
Con sus defectos y potencialidades.
Somos un torrente que viaja todo junto.
Sólo cuando lo trivial avanza sobre lo insondable,
lo vulnera, lo somete implacable, vence lastimosamente.
Pero si logramos que entre la cáscara y la pulpa, se muestre lo puro,
la armonía se presenta perfecta.
Eso es el Paraíso para Jaime Barylko:
"... un raro encuentro entre lo exterior y lo interior, entre lo material y lo espiritual. Es despojarnos de la materia que nos hiere o a veces nos deslumbra para derrotarnos luego. Es arrancarse de este mundo, hacer un intervalo entre los dos mundos, un sosiego, un silencio y VIVIR SINTIENDO LA VIDA, porque para eso nos hizo Dios... para vivir la primavera cada día y todo el año, claro,
¡la PRIMAVERA DEL ALMA ..."
(Jaime Barylko, un ser pensante)
Ahora ¿no es cierto que "Todo lo exterior es también interior"?
¿Y viceversa?
Los quiero hacer pensar un ratito para distraer la mente, ayuda a mostrarnos más lindos. Besito.-
¡BLESS YOU!