Como el agua...dócil a los obstáculos que halla en el recorrido de su cauce; que acaricia el costado de los cantos rodados.
La roca se interpone, está en mi camino, paso cerca, la rodeo y en ese rodeo la abrazo;
silenciosa;
la descoloco en su proceder, quiere ser una intrusa en mi vida, no lo permito.
Hace falta raciocinio y sabiduría para ser flexible,
ante la maldad y el improperio.
Para ser mejor, sólo debo intentarlo,
eso es saber vivir. Me ahorra disgustos.
Sé que puedo porque Dios me acompaña y lo logro.
Y si lo logro, venzo.
Puedo seguir mi camino, la LUZ ME LLEVA DE LA MANO.
¡Respiro profundo, agradezco y sonrío!
Nada desintegra más a un ser hiriente y grosero,
que el buen trato y mi indiferencia hacia su perversidad.
¡Lo destruyo!
Lo saco de su carril, no sabe responder
porque su torpeza y negativismo no le permiten ser gentil.
EL AMOR CURA AL CORAZÓN.
CALMA LA MENTE.
DESTRUYE LA MALDAD.
¡Vale probar!