Ambigüedad entre vida y muerte.
Angustia, desazón, desesperanza.
Un ser que se despide y
nace la caridad.
Calidad moral enaltecida.
El dolor de la pérdida ante la esperanza latente
de quien puede seguir viviendo.
Mientras un alma se eleva hacia Tí
entre llanto doliente,
en muselina de bendiciones
después de la torva espera,
renace otra vida,
dulce sufragio,
¡alabado seas!
Cuidados, urgencia, asepsia total en el tráfico.
En latente angustia
por el aire de los pasillos fríos,
recibimos el grito esperado:
___¡ llegó el riñóóóón!
Él terminaba de dializarse, ojeroso, escuálido
como sus suspiros en pena.
Vibró la bendición,
hizo eco de las palabras tan esperadas
y en un brocal de paz se encendió su alma.
El transplante transformó su oscura vida
en vida iluminada.
Al entrar en sus venas, la sangre jubilosa bailó una danza desmedida
y en el concierto hormonal estremeció su grito :
¡Señor gracias, alabado seas, dale paz al alma solidaria!