Concierto dorado en debut.
Hojas que al viento vuelan.
Se deslizan sin cadenas
como en fértil llano abierto
y ofrece en paso lento
la más sutil de las danzas.
Mientras muere la esperanza
de ver un jardín florecido
el pájaro alista su nido
y lo hace con fino encanto;
sabe que será el remanso
para sus hijos chiquitos
y viene y va y en su piquito
lleva hojas y palitos
para alfombrarlo mejor.
También la mirada absorta
llega a la vida humana
que en su lucha cotidiana
se cubre de tenue misterio.
¡aroma dulce de tortas
o de una sopita liviana;
verduras y frutas sanas,
tostadas crocantes, café.!
Bella lámpara de pie
y muy cerca un buen sillón
que invita a la reflexión
después de sabia lectura.
Y el sueño que nos apura
para ir temprano a la cama
y soñar con el mañana
y una feliz aventura
que, en familia
se programa.
El otoño...
imperio de las delicias
de plácida convivencia
que hace bullir la esencia
del árbol,
en su interior.
Es esa pequeña flor
que nacerá en primavera
si en nuestra paciente espera
le ofrecemos el calor
que aumentará su vigor,
como si en selva viviera.
Otoño...
contemplativa calma...
se ve, se siente, se palpa
desde los pliegues del alma.
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