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domingo, 10 de marzo de 2013

Inocencia amputada




Este es un poema que envié a un concurso en septiembre del año 2002 -
 La consigna era: 
 primero, un poema de nueve o más estrofas 
y segundo: resumir ese poema en una sola estrofa.

Para lograrlo, me inspiré en un cuadro de un amigo, el doctor Raúl Gómez
Era médico, pero en sus ratos libres pintaba como pocos:
hacía rostros bellísimos. 
Un día vi una de sus obras y me dije: tengo que decir  lo que me inspira.
 Se lo comenté y él hizo hacer una foto para que yo la tuviera cerca al escribir.
Era un niño de color, con la mirada atónita, con lágrimas en sus mejillas
y detrás de su cabeza
 se veía un campo extenso
 donde varios indios se iban 
corriendo con flechas en mano.

El poema comienza así:

Tierra gélida. Noche helada.Fragoroso ulular del viento.
Llamas de calderos danzaban, entre turbios pensamientos.

Babilónicas moradas quebraban hasta el aliento
por sacrílegos instintos y una demente obsesión.

Ejecutores cobardes, lívidos de ira y oprobios,
mataron así a tus padres bañándote de terror.

Una estrella refulgente cortó el horizonte en vilo.
Pude escuchar tus gemidos en tétrica convulsión.

Crucé con urgencia el puente, que fue abismo de impotencia.
¡Y allí estaba tu inocencia presa de llanto y sudor!

Con tu inocencia amputada, juntaste presto tus mantas;
las soñaste tus almohadas o aquél pecho que amamanta...
y acunaste entre tus brazos la presencia del amor.

A mi maternal refugio llegaste en compulsivo abrazo
¡Y te juré en mi regazo, la más santa redención.


Así formé el poema de nueve estrofas (aunque las pasé a esta página, en un renglón por cada dos versos, para acortarlo en espacio).- Envié al concurso el trabajo y gané 2° puesto. Al remitirme esta suerte, la editorial propuso que, desde la única estrofa lograda como resumen, ahora otro concurso solicitaba extenderla en más de 20 estrofas. ¡No creí poder lograrla!
Pero me dio insomnio y ejercité, borré mil palabras, cambié por sinónimos...trabajo normal de escritores. Hasta que un buen día la terminé y envié porque se vencía la fecha de presentaciones.
De modo que de cada estrofa anterior, inventé artilugios, adjetivos, detalles de la mirada del niño, de sus ojos, del entorno...hasta que quedó como deseaba. Y fue así:

Parte I : desde el inicio de la anterior hasta donde dice 
"...mataron así a tus padres, bañándote de terror..."

2° parte:
En la arquedad de tus cejas y el rictus tan doloroso,
me impresionaron tus ojos entre brumas de pavor. 

Y arrullé suave tu llanto suavizando tus temblores;
acallando los temores que te llenaban de espanto.

Y te conté que te amaron, que fuiste para ellos, desvelo.
Que soñaron para tí el cielo y lo mejor de la vida.

Que tu inocencia dormida despertaría en gentil hombre.
Que deseaban que lo noble resolviera tus fatigas.

Tus dientecitos de leche y tu piel color canela,
me hicieron sentir abuela de un caramelo de miel.

Preparé un sándwich de miga y un tazón bien calentito.
Te enseñé algunos versitos y parábolas de amor.

Con ternura hice tu almohada rellena de mil plumitas.
Y con santa agua bendita recibiste a "MI SEÑOR".


La 3° parte dice:

¡Buenas duchas, tibiecitas, restañaron tus heridas!
Amor en sábanas limpias. El sueño reparador.

Te conté de cielos claros y de una canción de cuna.
Bajé del cielo la luna y soles siempre dorados
para que veas colmado de luces, tu buen camino.

Jugaste sobre corceles de una alegre calesita.
y puse en tus manecitas, pan, caramelo, turrón.

Te enseñé a usar el balón y a jugar al ajedrez,
puse botines a tus pies y al rey le diste buen  jaque.

Te enseñé a ser caballero y a respetar a las madres.
A admirar mucho a los padres que trabajan con tesón.

Al Abuelo, a la abuela, a los tíos y los primos,
al hermano y al amigo abrirles tu corazón.

Es la vida ese lucero que seguimos cual quimera,
y alcanzas con escaleras  de peldaños de grandezas.

Viendo siempre la nobleza de quien el amor predica
y es así como erradicas del mundo, todo lo malo.

Eres hoy ¡mi mayor gloria! y mi canto cotidiano
pues borré de tu memoria aquél horror tan pagano.

Junto a mi eterna oración y sagrado regocijo
te bauticé como "HIJO, PREGONERO DEL PERDÓN".


Ese poema tan extenso, lo tuve que resumir en una sola estrofa: que es la siguiente:

  Ejecutores cobardes, lívidos de ira y oprobios
mataron así a tus padres bañándote de terror.
A mi maternal refugio, llegaste en compulsivo abrazo
¡Y te juré en mi regazo la más santa redención!


Los envié, y gané  2° PREMIO MEDALLA DE PLATA, CONCURSO ESCRITORES LATINOAMERICANOS AÑO 2003.-

Los años pasan...





Remota nostalgia
en la mirada.
_¡Daría el mundo entero
por volver el tiempo atrás!
__dijo...
Su campo.
Las mañanas;
la hacienda buscando su alimento
en el pastar;
los pájaros, los perros
y hasta el alma misma ¡en libertad!
La esposa, los niños, 
las visitas y  la guitarra en pié,
para cantar. 
__¡El tiempo pasa y se roba mi vida...!
Sólo eso dijo, en lento balbucear.