A veces, es bueno pensarlo...
El bautismo nos da nombre y apellido y nos hace carne de la familia Crística.
¿Salimos a sembrar, cada día?
¿Son mis labios graneros de semillas de La Palabra?
¿Enseño el Camino, corre mi ejemplo, ayudan mis manos y mi corazón, alivio el dolor, la angustia o con mi actitud los provoco?
Quienes procuramos dar el paso justo, que el Señor marca en los mandamientos, sabemos que ÉL dijo:
"Apaga si quieres tu candil.
YO descubriré tu oscuridad y la amaré"
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