y lo asumo,
lo hago mío en el alma.
Silencio que sana, que amo, busco, disfruto.
También él me busca, porque sabe
que gozosa me someto.
También él me busca, porque sabe
que gozosa me someto.
Silencio en el que comprendo, creo, aprendo, discierno, crezco...
Silencios en los que sueño despierta,
ordeno, programo, sugiero, compruebo, descarto...
En ellos extiendo conciencia
sobre todas las páginas de mi historia.
Desde el primer suspiro,
de habitante de la tibieza materna
hasta este día que transito.
Triunfo en esa paz.
Germina su estirpe en mis señoríos.
Es Espíritu de aliento y esperanza.
Es Espíritu de aliento y esperanza.
Es el pequeño gran océano de Gracia
que baña mis anhelos,
para exorcizarlos en la realidad de cada día.
¡Bendecidos!
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