Nací de un vientre amoroso
que mecía mis entrañas.
El piano fue el instrumento
que mi madre acariciara
mientras Dios me formaba
y un estilo me pintaba.
Silencio, música, amor,
llanto, palabra
o la nada.
Arpegios, canto, armonía
dulcemente conjugados.
La sonrisa, la ternura,
cadencia de alma a alma.
En tibia agua materna
y con música gestada,
así se formó mi vida,
nadie podrá borrarla.
Hoy advertí que si falta
es que tengo muerta el alma.
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