Baúles, fotos, enseres...
Y en medio de ellos
un pequeño niño rubio
ojos color mar.
De un año cumplido.
¡Semilla fresca cayendo en tierra fértil!
Suiza en las retinas y en el alma
y este país inmenso
deseoso de fertilizar bajos tus pies.
Con los años,
tu peso de hombría
en vertical presencia.
Y tu amor fecundo
en el vientre de una mujer íntegra.
De allí vengo:
fruto de una rama
que alimentó tu savia.
¡Bendito seas!
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